02 noviembre 2008

El otro señor G, de Alfredo Martín


El otro señor G es una adaptación escénica de la novela El doble, de Fyodor Dostoievsky. Tarea peliaguda transformar un clásico ruso del siglo XIX (el libro es de 1846) en teatro argentino del siglo XXI. Pero Alfredo Martín parece no temerle a los fantasmas de la traducción y los resultados de esa temeridad se pueden ver en La Ranchería.

El traslado de la novela es todo lo fiel que puede ser una adaptación escénica de ese tipo. Se conservan los personajes, dos actores bastante parecidos interpretan a Goliadkin y a su doble, hasta los nombres rusos han pasado a la obra.

El espacio, inteligentemente construido, funciona sucesivamente como la burocrática oficina donde trabaja el protagonista, como su casa, como un bar, como la casa de Andrei Filippovich donde se da una fiesta, etc. Esta mecánica espacial es correctamente acompañada por el diseño de luces que, incluso, genera momentos de extraña intensidad, como las danzas de sombras que suceden durante los apagones apenas iluminados con luces verdes.

Las actuaciones son correctas, destacándose Luis Aponte en una interpretación de Petrushka -el sirviente de Goliadkin- alejada del personaje dostoievskiano: lo que en la novela es recelo y menosprecio, aquí se convierte en desidia y en hastío. También son interesantes los trabajos de Bracalenti (el doble) con lo siniestro y el de Silvia Sánchez (Klara y la cantinera alemana).

Lo que no terminó de convencernos fue el extenso volcado del narrador a monólogos, que diluían la tensión dramática y dejaban un regusto “literario” nada oportuno. En contrapartida, los dos momentos más poderosos de la puesta (a nuestro entender) escapan a lo verbal-comunicacional: el canto en ruso con su respectivo baile que ensayan, un poco chispeados por el vodka, Goliadkin y su doble; y el opresivo círculo de hombres que asfixia al protagonista, apenas redondeados por un cenital, en una brevísima pero conmocionante escena.

Para aquellos que se preguntan cómo se pueden llevar al teatro las torturadas novelas del genio ruso, Martín ensaya una de las múltiples respuestas.

El otro señor G puede verse los viernes a las 23:00 en La Ranchería (México 1152). Las entradas cuestan $20 y $12 para estudiantes.

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